Sé Saludable

ADOPTAR UN ESTILO DE CRIANZA QUE SEA CONSCIENTE DEL CEREBRO EN DESARROLLO DE UN NIÑO ES CRUCIAL PARA SU SALUD MENTAL, DICE LA DR. JOANNA NORTH.

Silencio en la mesa, azotar las puertas de su cuarto, discusiones, berrinches y lágrimas: nadie niega que criar a un niño o adolescente es difícil. Pero, en su mayor parte, los cambios de humor y los arrebatos ocasionales deberían ser exactamente eso: ocasionales. Sin embargo, en los últimos años, las estadísticas de salud mental de niños y adolescentes se han vuelto cada vez más alarmantes.

La ansiedad en los jóvenes es ahora común. Según un informe de 2010 de la Universidad de Otago, el 18% de los niños de 11 años y hasta el 40% de los de 18 años informaron un trastorno de salud mental en los últimos 12 meses.

 

Mind Kind – la Salud Mental tu Hijo

Un informe publicado en 2012 también llamó la atención sobre las tasas preocupantes de depresión, autolesiones y pensamientos suicidas en los adolescentes. Un 29% de estudiantes de secundaria y un 18% de estudiantes varones se autolesionaron deliberadamente en los últimos 12 meses.

La crianza de los hijos es bastante difícil sin incluir problemas de salud mental en la ecuación. La galardonada psicóloga infantil Dra. Joanna North tiene más de 30 años de experiencia trabajando con niños, adultos y familias, y ha visto cómo las condiciones de salud mental impactan a los niños y sus familias.

Su nuevo libro, Mind Kind, aborda la compleja tarea de ser padre en la actualidad y proporciona una guía para ayudar a su hijo a convertirse en una persona fuerte y resistente. Además, da consejos para apoyar a un niño que esté atravesando dificultades de salud mental más serias.

 

Crianza empática: la clave para una buena salud mental

La competencia, la presión y el perfeccionismo pueden ser comunes en la escuela. También, las plataformas de redes sociales y entre sus círculos de amistades, y cualquier estrés bajo el cual los padres se encuentren también es rápidamente detectado por los niños. Para las mentes jóvenes en desarrollo, es una carga pesada, y no es de extrañar que la ansiedad esté en aumento.

“Los niños y los jóvenes están bajo mucha más presión para cumplir con los crecientes retos de un mundo globalizado. Sienten la presión de llegar a ‘ser alguien’, de tener objetivos claramente definidos y tienen miedo de fracasar. La fobia social también está aumentando y el perfeccionismo es realmente fuerte. Tenemos expectativas increíblemente altas de logros, y nos estamos olvidando de la alegría de estar vivos y de la quietud que el cerebro necesita para funcionar bien”, explica la Dra. North.

Independientemente de la edad, cada persona en el planeta tiene salud mental: una vida interior que es fundamental para su bienestar. Y, ser más joven desafortunadamente no significa que esté exento de problemas como la depresión y la ansiedad. “Está sucediendo y es real”, dice Joanna. “Es tan real como una pierna rota, un moretón o un rasguño, es sólo que no podemos verlo. Creo que si lo ignoramos, descartamos que nuestros hijos estén vivos”.

Como madre soltera y abuela, Joanna admite libremente que está lejos de ser la madre perfecta y agrega que, hacerlo bien todo el tiempo, no es posible para nadie. Cuando los niños son impredecibles y en evolución, las reglas o técnicas concretas tampoco son particularmente útiles. Lo que Joanna sugiere es una filosofía general de la paternidad que trate la mente del niño con compasión.

Este enfoque no se trata de elogios constantes, sobreprotección o de consentir al niño; ésto puede conducir al narcisismo y la falta de resiliencia. Se trata simplemente de paciencia, consideración y empatía. Incluso, si le estás enseñando a un niño una lección de vida o si lo estás ayudando a aprender de un error, la parte importante es cómo se lo dices.

“El hecho es que la forma en cómo tratamos a los niños tiene un enorme impacto en su cerebro, y se sabe que la amabilidad es uno de los estados emocionales que tiene un aporte terapéutico muy profundo. No importa cuál sea la tarea: si lo hacemos con consideración hacia su cerebro en desarrollo, es probable que podamos comunicarnos mejor con ellos”.

 

“Cierta ansiedad es natural y la gente lo olvida. Nuestros hijos deben aprender a vivir con eso y manejarlo también, eso es realmente importante”.

 

Habla con tus hijos

Como padre, ¿cómo distingues entre un leve cambio de humor y lo que es una señal de alarma? Joanna explica que las emociones como la ira y la tristeza no son motivo de pánico. Más bien, son herramientas fantásticas para que los jóvenes se comuniquen, la señal de alarma es cuando un estado de ánimo se prolonga.

Aparte de tener estados de ánimo bajos prolongados o ataques de pánico, otros indicadores fuertes incluyen: no dormir, no comer adecuadamente, retirarse de las amistades o retirarse del mundo por completo.

En casos extremos, se requiere ayuda profesional de inmediato. Pero, en general, una plática entre los padres y el niño es el mejor lugar para comenzar. “No podemos saltar y ver profesionales tan pronto como nos sintamos ansiosos”, señala Joanna. “Cierta ansiedad es natural y la gente lo olvida. Nuestros hijos tienen que aprender a vivir con eso y manejarlo también, eso es realmente importante”.

Del mismo modo, si está experimentando problemas de estrés o de salud mental, ser abierto sobre lo que está pasando y cómo lo está manejando es una excelente manera de educar y modelar la resiliencia o mecanismos de afrontamiento saludables.

“Sufrirás estrés y dificultades, y cuando manejamos bien nuestro propio estrés, les enseñamos a nuestros hijos a manejar bien el suyo. Esa es una habilidad clave para la vida”. En opinión de Joanna, todos los problemas de salud mental surgen de la preocupación y hablar de ello puede proporcionar un gran alivio.

Para empezar, comienza con una charla pequeña y sin prejuicios. Al establecer esta base, será mucho más probable que crees conversaciones más profundas. Si sientes que algo está mal, decirle a tu hijo que vas a adivinar qué crees que está mal es un buen lugar para comenzar.

Para los niños que no son tan conversadores, hay muchas otras formas de conectarse y generar un diálogo. Salgan a caminar, compren un helado, vean una película o jueguen un juego. La intención no es conocer cada detalle de su mundo interior; se trata simplemente de acercarse a ellos. “Los padres pueden sentir un poco como si estuvieran pataleando sin un chaleco salvavidas. Solo mantén las palabras fluyendo si puedes”.

 

Imagen corporal y su salud mental

Históricamente, siempre ha habido presión para verse de cierta manera. Pero, con un fácil acceso a las redes sociales e Internet, esta presión ahora comienza a una edad mucho más joven. Todo esto expone a los adolescentes a un mayor riesgo de desarrollar problemas de salud mental, baja autoestima, imagen corporal poco saludable y trastornos alimenticios. Es un tema sobre el que los padres deben ser abiertos a abordar.

“Todas estas imágenes imposibles son dañinas para nosotros. Sólo necesitamos estar cómodos y felices con nuestros cuerpos. Eso es lo más importante”, dice Joanna. Antes de tratar de hablar con tus hijos sobre la imagen corporal, ella recomienda reflexionar sobre tus propios juicios y actitudes sobre el peso y la comida, ya que eso es lo que tus hijos aprenderán primero.

Aunque cada hogar opera de manera diferente alrededor de las comidas, lo importante es lograr un equilibrio entre las reglas y el disfrute. Sí, la función básica de la comida es la nutrición, pero también tiene fuertes componentes emocionales, sociales y de placer. “Necesitas un poco de control y gestión. Pero, si has perdido toda la alegría de la comida, es ahora cuando necesitas analizarla”.

Incluso si puedes mostrar una imagen corporal positiva, una relación saludable con la comida y exponer a tus hijos a la diversidad corporal, las escuelas, los círculos sociales y los medios de comunicación siempre jugarán un papel importante en esto. Recuerda: la responsabilidad no recae totalmente sobre tus hombros como padre de familia.

 

Llévalo con calma

Lo que sea que le esté sucediendo a tu hijo, un mensaje que enfatiza Joanna es tratar de no quedar atrapados en la culpa. Hay tantas otras influencias en el mundo interno de un niño que están completamente fuera de tu control. Un mensaje clave en su libro es tener compasión y aceptación por ti mismo, ya que los niños reflejarán tu comportamiento. Que un niño crezca y pase por la vida con un sentido inquebrantable de autoaceptación es un regalo que ninguna cantidad de dinero puede comprar.

La última palabra de Joanna es, tanto como puedas, disfrutar el viaje. “Este es un viaje tan corto y terminará antes de que te des cuenta. Disfruta cada momento”.

 

Da tu tiempo y energía

Según la experiencia de Joanna, el tiempo de calidad familiar es crucial. Su libro cuenta múltiples historias de padres que hicieron el esfuerzo de pasar más tiempo con sus hijos después de descubrir que estaban luchando con dificultades como ansiedad, pensamientos suicidas o autolesiones. Y que, a menudo, esto era suficiente para resolver problemas de salud mental bastante graves.

Aunque los bienes materiales son esenciales para el bienestar y el desarrollo del niño, dar a manos llenas lo mejor de todo simplemente no puede reemplazar la atención emocional. “No se puede eliminar el materialismo del mundo en que vivimos. Pero no se puede sustituir el aporte emocional con bienes materiales”, dice Joanna.

Si trabajas largas horas para mantener a tu familia, el dar a tus hijos toda tu atención en esos momentos preciosos será mucho más importante que cualquier bien material.

Los niños son extremadamente receptivos a las energías y los comportamientos de sus padres. Pero, el ambiente del hogar también juega un papel importante en la salud mental y la sensación de seguridad del niño. Si bien es importante que un padre ayude a su hijo a superar las dificultades, el hogar nunca debería ser una fuente de dificultad en sí mismo. El hogar debe ser un lugar de comodidad y retiro donde todos puedan ser ellos mismos, y olvidar sus expectativas y tensiones del día.

“Ya tenemos suficiente ansiedad con la que lidiar”, dice Joanna. “Un entorno armonioso y seguro es beneficioso para el cerebro y reducirá la ansiedad a largo plazo”.